Para comenzar la mañana. Lunes 1° de septiembre.
Buenos
días.
Septiembre nos recibe con lluvias generalizadas en gran parte del país, que
llegan en un momento clave para los cultivos de invierno y las distintas
pasturas, justo en la antesala de la primavera. Si bien los perfiles de suelo
ya venían cargados, siempre resulta positivo un aporte extra en esta época,
cuando la demanda comienza a incrementarse de manera progresiva.
En líneas
generales, la situación actual de los cultivos de invierno es inferior en comparación con las últimas
zafras. No muestran el crecimiento esperado para la época y, en muchos
casos, se observan retrasos fenológicos. Esto se explica fundamentalmente
porque el grueso de la siembra se concretó más tarde que en inviernos
anteriores y porque, durante las primeras etapas, se registraron condiciones
climáticas desafiantes, principalmente exceso hídrico. Naturalmente, siempre
hay excepciones con chacras puntuales que presentan mejores condiciones, pero
en promedio la zafra se ubica por debajo de lo deseado.
Gramíneas (trigo y cebada)
El estado fenológico se ubica mayoritariamente entre fines de macollaje e inicios de elongación, algo más retrasado de lo habitual para esta fecha.
En lo que
refiere a sanidad, en trigo se
ha detectado en algunas chacras la presencia del complejo de manchas foliares, en general con severidades bajas, lo que permite
calificar el estado sanitario como aceptable. En cuanto a las royas, todavía no se registran
problemas relevantes, aunque por la época y las condiciones ambientales
actuales es clave estar atentos en las próximas semanas.
En cebada, en materiales genéticos más
susceptibles también se observó presencia de mancha en red, pero al igual que en trigo, con severidades bajas.
La situación sanitaria, por el momento, es similar a la de trigo: aceptable.
En
síntesis, la situación de las gramíneas puede considerarse de regular a aceptable, con un trigo que
en promedio se ubica un escalón por
encima de la cebada, explicado principalmente porque esta última se vio
más afectada por el exceso hídrico en etapas iniciales. De todos modos, todavía
queda buena parte del ciclo por delante —y la más importante—, por lo que las
condiciones de las próximas semanas serán determinantes para ambos cultivos.
Crucíferas (colza y carinata)
En lo que
refiere al estado de desarrollo o
fenológico, los cultivos se ubican en un amplio rango que va desde elongación
hasta floración plena. Esta diferencia responde principalmente a la variabilidad en las fechas de siembra
registradas este año, especialmente en canola.
En cuanto
a la sanidad, en etapas iniciales se detectó mildiu en varias situaciones y, más recientemente, presencia de phoma. Ambos casos con severidades bajas, por lo que la
situación sanitaria general puede considerarse aceptable.
En
síntesis, las crucíferas muestran una heterogeneidad
mayor que las gramíneas, explicada principalmente por el amplio rango de
fechas de siembra. A diferencia de trigo y cebada, se observan algunas chacras
que vienen generando buen potencial de
rendimiento a la fecha, particularmente aquellas sembradas en fechas más
tempranas.
Comentarios generales
En
resumen, los cultivos de invierno llegan a septiembre con un desarrollo en
promedio por debajo de lo esperado, condicionado por siembras más tardías y
excesos hídricos iniciales. De todos modos, todavía queda la parte más
importante del partido por jugar: las condiciones
climáticas de la primavera, que serán determinantes para definir el
resultado final.
Hay que
reconocer que en los últimos años veníamos acostumbrados a inviernos buenos en
lo que refiere a lo productivo, más allá de las particularidades de cada uno.
Por eso, al comparar, este año puede lucir más negativo. Sin embargo, el
desenlace siempre se conoce al final de la zafra, y en ese sentido el optimismo,
sin dejar de ser realistas, se mantiene intacto.
Buena semana.
Equipo técnico - Dufour Commodities